Los objetivos del próximo programa plurianual de energía revelados

Este es el compromiso anunciado por el gobierno. Responde a tres grandes desafíos para Francia. El primero se refiere a la soberanía energética. La guerra en Ucrania ha mostrado la gran vulnerabilidad del país ante los acontecimientos geopolíticos. También surgen tensiones en cuanto a las materias primas y los equipos necesarios para la transición energética. La mejora de la independencia energética se basa en el abandono de los combustibles fósiles importados, la diversificación de los suministros de materias primas y el desarrollo de una industria de equipos para la transición energética.

El segundo desafío es económico. La balanza comercial de Francia se vio afectada por el aumento de los precios de la energía el año pasado. La factura de las importaciones de productos fósiles se disparó. El mayor uso de la energía nuclear y las energías renovables debe mejorar la competitividad del país.

Finalmente, el último desafío se refiere a la lucha contra el cambio climático. El gobierno quiere acelerar la descarbonización de todos los sectores: transportes, industria, construcción, agricultura y energía.

Ser el primer gran país industrial en abandonar los combustibles fósiles supone profundos cambios ilustrados en el siguiente gráfico.

Consumo final de energía en 2021 y proyecciones para 2050

Se espera una disminución del consumo de energía de hasta un 50% para 2050. La electrificación, especialmente de los transportes y la calefacción de edificios, gracias a mejores rendimientos, permitirá avanzar. La sobriedad energética deberá cubrir el resto, con una contribución estimada entre el 15% y el 20%.

El abandono de los combustibles fósiles está confirmado. Aunque representan un poco menos del 60% del consumo final de energía hoy en día (37% de petróleo y 21% de gas natural), deberemos prescindir de ellos para 2050. Si bien la descarbonización del mix de producción de electricidad ya está en gran medida en marcha, apenas comienza para los transportes. El abandono para la calefacción de edificios y la industria también es un gran desafío.

El último gran reto de la transformación del mix energético es aumentar la producción de energía descarbonizada: electricidad nuclear, electricidad renovable, calor y frío renovables, biogás, biocarburantes, etc. La producción de electricidad debería aumentar un 10% para 2030 y un 55% para 2050.

Esta transformación hacia 2050 supone hitos intermedios para establecer una trayectoria. Este es el propósito del Programa Plurianual de Energía, cuyos cinco objetivos se han presentado en el documento puesto en consulta.

El consumo final de energía ha disminuido durante aproximadamente una década. El objetivo es acelerar el ritmo de reducción. Para 2030, el PPE fija un objetivo de consumo final de energía de 1,209 TWh para todas las energías y todos los sectores, lo que representa una reducción del 25% en comparación con 2021. Este escenario incluye un enfoque de reindustrialización de Francia que aumentará el consumo energético del sector industrial, en particular el de la electricidad. Paralelamente a los esfuerzos de reindustrialización (ley «industria verde», programa Francia 2030…), el Programa Plurianual de Energía prevé una mejora de la eficiencia energética del sector industrial, centrándose especialmente en la continuación de los trabajos realizados por los comités estratégicos de sector (actualmente hay 19 reconocidos). También se prevé un aumento de las obligaciones en el marco del dispositivo de certificados de ahorro energético.

La creciente electrificación de los usos, el desarrollo de la producción de electricidad renovable y la reindustrialización requieren una adaptación de las redes eléctricas. Las necesidades de inversión en los próximos años son muy altas. RTE, el gestor de la red de transporte de electricidad, está actualizando su trayectoria de inversión en este momento. La evaluación anterior, realizada en 2019, estimó en 33 mil millones de euros las inversiones necesarias para 2035. Por su parte, Enedis, el gestor de la red de distribución, prevé un aumento del 25% en sus inversiones anuales para alcanzar 5 mil millones de euros por año para 2032.

El Programa Plurianual de Energía prevé en particular una mejora en la planificación de las conexiones en las zonas industriales más dinámicas y en las zonas portuarias. También apunta a reforzar el tejido industrial nacional de materiales y equipos eléctricos relacionados con las redes.

La problemática de las redes de gas natural es muy diferente. El consumo de gas natural va a disminuir irremediablemente de acuerdo con el objetivo de neutralidad de carbono para 2050. El desafío para los gestores de redes de gas es adaptar sus infraestructuras a la disminución del consumo mientras integran el biometano y el hidrógeno. Los costos de adaptación de las redes a los gases verdes se estiman entre 6 y 9.7 mil millones de euros para 2050.

Para los combustibles fósiles, en particular los carburantes y el gas natural, los desafíos se basan en la diversificación de los suministros para reducir nuestra exposición a los eventos geopolíticos y en la producción de sustitutos descarbonizados (carburantes sostenibles, biometano, etc.).

Para la electricidad, la seguridad de suministro debe resultar del aumento de la producción, pero también del desarrollo de la flexibilidad para asegurar el equilibrio entre oferta y demanda durante los picos de consumo. Entre las medidas previstas por el próximo Programa Plurianual de Energía para el lado de la oferta de electricidad, se encuentran el desarrollo de interconexiones, el apoyo al despliegue de baterías y el lanzamiento de licitaciones para estaciones de transferencia de energía por bombeo (STEP). También se prevén medidas del lado de la demanda. En concreto, el Gobierno quiere introducir incentivos o restricciones reglamentarias para el control de determinados equipos (puntos de recarga y sistemas de calefacción, por ejemplo). Los precios de la electricidad también deben incentivar a los consumidores a modular su consumo durante los picos. Finalmente, deberían surgir nuevos mecanismos incentivadores para aprovechar plenamente el potencial de reducción de consumo, tanto difuso como industrial.

Este objetivo tiene un componente para los hogares y otro para las empresas. Para los primeros, las medidas se concentran en el apoyo a la renovación energética y la ayuda a las personas necesitadas. Para el componente de competitividad, el próximo programa plurianual apunta a llevar a cabo el proyecto de reforma del mercado de la electricidad. Los precios de la electricidad pagados por los consumidores finales, especialmente industriales, deben reflejar mejor los costos de producción de la electricidad nuclear. Este es el desafío de la tarea actualmente en curso en paralelo al próximo programa plurianual de energía respecto al dispositivo que tomará el relevo del ARENH a partir de 2026. El gobierno mencionó recientemente un precio de venta promedio de la electricidad nuclear alrededor de 70 €/MWh mientras que el precio del ARENH es de 42 €/MWh.

Finalmente, el quinto objetivo es el desarrollo de la producción de energía descarbonizada, un componente principal del próximo PPE. Este será el tema de nuestro próximo artículo.