Las alternativas al gas ruso en Francia

En este contexto, se entiende mejor por qué la cuestión de las alternativas surge mientras el precio del gas sigue aumentando. Además, aunque hoy ningún francés se ha visto privado de gas propiamente dicho, la guerra se prolonga y tiene repercusiones en muchos aspectos de nuestra vida cotidiana. Así que, el gobierno y los gigantes energéticos franceses se preguntan:

– Desde un punto de vista logístico, se debe considerar que la empresa ucraniana Naftogaz permite a Gazprom, el gigante gasístico ruso, transportar ⅓ de su gas hacia Europa. En el momento actual, un equilibrio más que precario permite a ambas empresas seguir colaborando para preservar la economía de ambos países, pero en condiciones que desafían el entendimiento y que pueden verse comprometidas en los próximos meses. Cabe destacar que los ingresos generados por cada lado de esta colaboración permiten, en ambos casos, financiar la guerra. Es en esto que la cuestión ética se plantea, y más que nunca, para Europa, romper esta dependencia.

– Desde un punto de vista político, Moscú obviamente juega con esta situación ya que desde junio de 2022, se han registrado disminuciones en las entregas de gas ruso en toda Europa. La empresa Gazprom es acusada por muchos países de aumentar los precios del gas al reducir sus entregas, pretextando operaciones de mantenimiento.

Volvamos a Francia. Entre las posibles alternativas, nada se reinventa. Francia apuesta por sus infraestructuras existentes. Pero entre ellas, no todas son unánimemente aceptadas.

El gobierno ha anunciado la posible reactivación de la central de carbón de Saint-Avold, que cerró sus puertas en marzo de 2022. Si, ante la crisis en Ucrania, esta solución sigue siendo un recurso de emergencia para satisfacer la demanda de energía el próximo invierno, sigue siendo muy controvertida en un contexto donde la transición energética es más que urgente.

Contrariamente a la creencia popular de que la guerra en Ucrania fue la causa principal del aumento de los precios del gas, las tarifas ya habían comenzado a aumentar antes de la guerra, durante la pandemia de Covid, cuando todas las industrias reanudaron sus actividades, en busca de las ganancias no obtenidas durante esos meses de ralentización.

Sin embargo, sí, hoy, el gas natural representa el 23% de la energía consumida en Europa, de los cuales el 10% es gas ruso. Todas las industrias y grandes actores probablemente se dirigirán todos, más o menos al mismo tiempo, hacia alternativas, lo que efectivamente podría tener como consecuencia el aumento generalizado de los precios de la energía.